El ébola es una enfermedad infecciosa viral con una de las tasas de mortalidad más altas de entre todas las enfermedades, un 90% de los casos infectados acaban con la muerte.
El ébola es una enfermedad que produce fiebre hemorrágica (salida de sangre desde el sistema cardiovascular al exterior acompañada de fiebre alta). El virus daña los vasos sanguíneos no dando tiempo a ser regenerados por las plaquetas, que no son capaces de coagular, se produce una pérdida grave de la sangre y su consecuente muerte.
El ébola se contagia por contacto directo con sangre u otros fluídos corporales de una persona enferma o que presente síntomas, y es mucho más contagiosa con una persona muerta.
Es posible ser contagiado por contacto con prendas u objetos que hayan sido contaminados y no se transmite por el agua ni el aire.
Los monos han sido una fuente de infección para las personas, pero los huéspedes naturales son los murciélagos de la fruta, familia pteropopidae.
Síntomas del ébola: hemorragia interna y externa, fiebre, debilidad, dolor de cabeza y garganta, vómitos, diarreas, erupciones y funciones renales y hepáticas alteradas.
El ébola NO ES CONTAGIOSO durante el periodo de incubación en una persona, que va desde los 2 hasta los 21 días. ES CONTAGIOSO, cuando el virus está presente en la sangre o secreciones.
Aún no se dispone de vacuna eficaz aunque se utilizan varios sueros experimentales.
El riesgo de ser contagiado es remoto, sólo se tendrá en cuenta en caso de estar en contacto con un paciente que lo sufre.
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