El periodo medieval representó un papel fundacional en la historia de las formas de identificar a las personas en occidente. En los siglos XI y XII se producen signos y símbolos que ayudan a relacionar a las personas con grupos sociales. Hay pocos datos de la época pero sabemos que se organizaban en grupos donde los signos de identidad de los grupos eran: escudo de armas, signos, firmas, indumentaria o sellos.
Hay pocos datos de cómo se identificaban a las personas sobretodo porque la representación precisa de las personas no era necesaria. El hecho de vivir en pequeñas comunidades facilitaba el reconocimiento de las personas cercanas.
El sello, a finales del siglo IX, fue el gran distintivo de las personas que pertenecían a ciertos grupos o clanes. Surgió de la necesidad de "hacer presente" a un sujeto que no podía acudir a un acto o lectura de un documento. El sello tenía parte escrita y parte dibujada.
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